El triunfo literario

Cierto escritor de mucha ambición y escaso talento, harto de fracaso, averiguó dónde se escondía el demonio y marchó a su encuentro. La siniestra gruta sobrecogía, pero el escritor no se arredró y penetró en ella, resuelto a alcanzar el éxito a cualquier precio. Su ambición le guiaba entre las tinieblas y cuando se imaginó en el centro de la cueva, gritó:

—¡Satanás! ¿Estás ahí? He venido a proponerte un pacto, como Fausto: mi alma a cambio del triunfo literario. ¿Me has escuchado? ¡seré tuyo por toda la eternidad si alcanzo el éxito que merezco pero que una y otra vez se me ha negado! ¡Qué contestas?

La estremecedora respuesta del diablo no se hizo esperar:

—¡Ja, ja, ja! ¿El éxito, dices? ¡No me hagas reír! Hoy no estoy para bromas.

—¿Qué significa esto? —acertó a replicar el escritor, desconcertado.

Sin dejarse ver en ningún momento, el diablo exclamó:

—Si aun fracasado y mediocre habrás de ser mío, ¿por qué he de molestarme en satisfacer tu estúpida vanidad a cambio de nada? ¡Vete!, aún no ha llegado tu hora.

El escritor abandonó la gruta y, ni corto ni perezoso, se fue en busca del mismísimo Dios para revelarse el escondite del demonio a cambio de obtener el triunfo literario.

….

El triunfo literario fue uno de los relatos seleccionados del Premio Internacional de Relato Hiperbreve, concurso promovido por el Círculo Cultural Faroni. Los relatos seleccionados en las tres ediciones del certamen fueron publicados por Tusquets en 1996 con el título Quince líneas (Nº 288 de su Colección Andanzas).