Voy a formularles dos preguntas, pero les pido que se lo piensen antes de responderlas y que procuren hacerlo con absoluta sinceridad, pues no se va a enterar nadie, con el raciocinio de su cerebro sujetando los impulsos de su corazón, y no digamos los borborigmos de sus tripas.
Primera pregunta: qué considera usted más relevante, meritorio y digno de alabanza, culto y orgullo nacional: ¿ser el mejor tenista o el mejor tenor de la historia? Espere, no responda todavía, aunque ya lo tenga en la punta de la lengua. Antes, permítame aportar algunos datos que pudieran ayudarle a decidir mejor.
Ambos fenómenos, posiblemente irrepetibles en sus respectivas actividades, Rafael Nadal (35 años) y Plácido Domingo (81 años), son españoles. El mallorquín empuñó una raqueta a los tres años, ganó su primer torneo a los ocho y a los dieciséis un ATP, así que lleva diez y siete años triunfando en lo suyo, que consiste en lanzar una pelota por encima de una red y reenviársela al que está al otro lado cuando éste se la devuelve, y así durante horas hasta que uno falla más y pierde el partido. Por edad ya le queda poca carrera profesional, pero tras conseguir su 21º Grand Slam ya es el mejor tenista en tierra batida y uno de los mejores de todos los tiempos. Si abren su página en Wikipedia encontrarán 1.310.000.000 resultados y 481 referencias.
El madrileño Domingo debutó como cantante lírico a los dieciocho y sesenta y tres años después continúa activo en tras una gloriosa carrera de cifras estratosféricas: 140 roles en seis idiomas y todos los repertorios imaginables de 40 compositores, 3.500 representaciones, 100 grabaciones, 12 Grammy, 52 premios internacionales, 25 doctorados honoris causa, 14 honores especiales (Embajador de la UNESCO, Presidente de Europa Nostra) y, además de cantar en dos cuerdas (tenor y barítono), ha dirigido en los fosos de 27 teatros importantes. México, en fin, le erigió un monumento por su trayectoria artística y su ayuda humanitaria tras el terremoto de 1985. En Wikipedia contabiliza 4.530.000 resultados y 33 referencias.
Segunda pregunta: si mañana mismo varias mujeres acusaran sin pruebas a Nadal de haberles metido mano en un vestuario sin su consentimiento hace quince años, ¿cree usted que lo estigmatizarían, lo derribarían de su pedestal y lo vetarían en las pistas donde hasta ayer mismo lo ovacionaban a rabiar, y además con toda la razón?
Naturalmente, mis respuestas son: (1) ser el mejor tenor y (2) no. Claro que uno es tan friki que prefiere pasarse cinco horas y media soportando un tedioso Ocaso de los Dioses que disfrutando de un apasionante intercambio de raquetazos. Si las suyas son las contrarias, qué le vamos a hacer. Tenía que intentarlo.
1⁰) Plácido Domingo, el mejor tenor
2⁰) No…o ¿quién sabe? El morbo de los medios y del pueblo es infinito.
Nota.- Las preguntas llevan una trampilla: ¿Qué vamos a opinar los músicos aunque nos encante Nadal?