En la última entrada de esta sección aplacé por vacaciones hasta hoy la reanudación de mis artículos de opinión. Pero, durante estas semanas, he reflexionado sobre ello y, finalmente, he decidido poner punto y final definitivo a esta actividad.
Entre las que me publicó la extinta Rioja del Lunes en los primeros 90 y las de Diario la Rioja desde 2004, he escrito más de mil columnas en las que he opinado sobre todo lo que se movía o se ponía a tiro, desde un punto de vista crítico, condimentado con las dosis del humor necesario para digerir ciertas realidades.
Mil son muchas columnas. No se tienen tantas ideas u ocurrencias diferentes ni viviendo un siglo. Creo que ya he dicho todo lo que tenía que decir, en ocasiones con recalcitrante obstinación. Hora es, por tanto, de callar. De enfundar el bisturí literario para siempre, cinco años después del quirúrgico. Por supuesto, no podré dejar de observar el mundo que me rodea, ni de opinar sobre él. Pero, a partir de ahora, para mí se quedarán las ideas, ocurrencias y juicios acerca de esta sociedad que cada vez aborrezco más y comprendo menos, y sobre todo de la clase dirigente en cuyas manos estamos.
Así que, damas y caballeros, Hasta aquí hemos llegado. Que opinen otros.
Plaudite, amici, comedia finita est.
Mucho lo sentimos algunos, por la pérdida de tu ingenio escrito, inteligente, crítico, ajustado y jocundo; una infrecuente y feliz combinacion. Gracias por tu esfuerzo generoso.